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Buenos sabores que resultan de un apuro

          La buena cocina es un proceso dinámico que permanentemente está evolucionando y reinventándose, de hecho todo chef comprometido con su carrera trabaja día a día para alcanzar nuevas escalas de técnica, sabor, textura, presentación que permitan allanar el camino a los platos que algún día serán los nuevos clásicos.

Madre e hija en la playa - Sasint
Madre e hija en la playa en pleno atardecer

         Los hijos y sus magnánimas exigencias



          Recientemente sucedió que mi hija adolescente quería comer distinto, como si no fuese suficiente con todos los experimentos y práctica que habitualmente se hacen en la cocina para descubrir o afianzar algo respecto a un plato. Me atrevo a asegurar que la gran mayoría de cocineros con hijos con frecuencia nos sentimos abrumados ante las exigencias casi impositivas de nuestros hijos hacia nosotros en materia culinaria, mientras que cuando van de paseo con el resto de los familiares no les importa comer pasta con salsa precocida del supermercado varios días; por suerte la mayoría de los padres cocineros asumimos el reto siempre con la mejor voluntad porque nuestros esfuerzos van orientados al bienestar de la familia.

          Ultimamente estaba preparando comidas con sabores fuertes pues he estado probando combinaciones de especias en distintas preparaciones lo que me hizo asumir el pedido de mi hija como un buen momento de cambio. Personalmente me siento muy atraído por comidas que ofrecen matices de sabor, en especial combinaciones de dulce, salado, ácido o amargo, donde tan solo encontrar al menos dos de esas sensaciones se transforma en un cúmulo de placer.

Imágen surrealista - Susannp4
Imágen surrealista del tiempo

        Tiempo, el enemigo a vencer



        Al no tener mucho tiempo para un nuevo menú (ya comenzaba a organizar todo para preparar el plato de ese día), tomé lo primero que esta a la mano para, muy al estilo Master Chef, preparar algo delicioso. Frente a mí tenia ½ kg. de pulpa negra de res molida, una lechoza a cercana a la maduración pero con textura todavía muy dura para masticarla y una piña pequeña. En ese momento una voz interna me dijo: "En Master Chef concursan por $250,000.00, tú sólo cocinas para una niña consentida". Mi respuesta a esa voz fue el recuerdo de esos más de 250,000 besos, sonrisas y abrazos que he recibido de mi amada hija, y además, esta estupenda y rápida preparación:


          Espero lo prueben y disfruten, no se arrepentirán. Recuerden que si les gusta pueden compartirlo en sus redes para darle oportunidad a todas esas personas que aprecian de saborear lo que desde este blog saboreamos nosotros.

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